¿Hay más alérgicos al polen?
Por efecto de la contaminación y el cambio climático
UNA MAYOR CANTIDAD DE POLEN, SU AGRESIVIDAD Y MÁS
TIEMPO DE EXPOSICIÓN, FACTORES CLAVE EN EL AUMENTO
DE LA ALERGIA RESPIRATORIA
Cuando llega la primavera y vemos a alguien resfriado automáticamente nos preguntamos ¿Es un resfriado o es alergia? Esta es una pregunta habitual en nuestro país desde hace unos años, pero no lo era hace un par de décadas, lo cual indica que cada vez es más común presentar alergia al polen cuando llega la primavera.
De hecho, según datos de la Sociedad española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) las enfermedades alérgicas en España afectan un 33{2e31ab8270bde33c0df1f6175bffc8eb9195016161bb7e9051f46633cf399694} de la población, lo que significa que si en España hay 48 millones de personas un total de 16 millones sufren alergias. Entre los alérgicos, aproximadamente la mitad (8 millones) lo son a pólenes de plantas.
El cambio climático, apreciable en un invierno atípico de temperaturas frías alternas con otras más propias de la primavera y escasas precipitaciones, sumado a los efectos de la contaminación, está provocando un incremento de los casos de alergia respiratoria.
Las partículas eliminadas en la combustión de motores diésel y por las calefacciones en las ciudades, crean un ambiente hostil a las plantas y -éstas, para defenderse, producen proteínas de estrés que hacen más agresivos a los pólenes de zonas contaminadas, ocasionando una mayor alergenicidad. Los altos niveles de contaminación de las ciudades impulsan el fenómeno de inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera sobre las ciudades y aumenta el tiempo que nos exponemos a ellos.
Las plantas que más problemas alérgicos producen en orden decreciente son: gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria.
La inmunoterapia o vacunación antialérgica debe considerarse siempre como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes alérgicos, ya que la patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los pacientes, a la vez que lleva consigo un alto coste socioeconómico.
Las enfermedades alérgicas precisan de un manejo integral, no sólo desde el punto de vista terapéutico, sino también orientando al paciente, sobre cómo convivir mejor con su enfermedad.
La inmunoterapia o vacunación antialérgica proporciona una disminución significativa de los costes totales en salud inducidos por la enfermedad alérgica respiratoria. Es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de esta patología. Por lo tanto, a la hora de abordar el tratamiento integral del paciente alérgico hay que valorar todos los costes asociados,
La SEAIC recuerda que el alergólogo es el único especialista reconocido por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con formación total en el diagnóstico y tratamiento de la patología alérgica.